Poner la confianza en Dios y no en los hombres, implica el estar atentos a la voz del padre por medio del susurro del Espíritu Santo que habla en nuestro interior. Uno de los frutos mas preciados de la oración silenciosa de contemplación es llegar a distinguir y escuchar la voz de Dios en nuestro corazón. Si confiadamente velamos en oración diciendo continuamente, aquí estoy Señor para hacer tu voluntad, PERSEVERANDO en la contemplación silenciosa llegaremos prontamente a oír la tierna voz del espíritu de Dios revelando todo conocimiento según sea el propósito del padre para nosotros. Las lámparas encendidas son nuestros espíritus que permanecen en una incesante búsqueda por vivir a plenitud el mandamiento del amor fundiéndonos en la comunión con la santísima trinidad!!!!! No seamos mediocres amando, para Dios demos siempre lo mejor de cada uno y veremos actuar toda su gracia a nuestro favor. SOLO HAY VICTORIAS EN JESUCRISTO!!!!!!!!
Angel Cortéz
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