martes, 22 de octubre de 2013

Martes 22 de Octubre del 2013 Primera lectura Reflexión de la Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,12.15b.17-19.20b-21):

Por un hombre entró el pecado al planeta y con el pecado la muerte. Génesis 1, 16-17. "Y YAVÉ Dios le dio al hombre un mandamiento; le dijo: puedes comer todo lo que quieras de los árboles del jardín, pero no comerás del árbol de la ciencia del bien y del mal. El día que comas de él ten la seguridad de que morirás." Los seres humanos no fuimos diseñados para morir. Por ello no importa cuantas veces experimentemos la partida de un ser querido o cuanto sepamos sobre la muerte. Siempre nos impacta la mente y corazón cuando acontece en nuestra familia. Adán ciertamente murió aunque transcurrieron para ello 930 años!!! En el instante en que peco comenzó a operar en él la muerte de manera instantánea murió el espíritu santo en él. Por eso cuando Dios lo llama se esconde en el Jardín y luego responde que tuvo miedo al escuchar su voz y por ello se ocultó. Es increíble pero aun hoy existen servidores en la iglesia que dicen que si Dios les hablara, ellos saldrían corriendo despavoridos!!!! El vivir, bajo la opresión del pecado es lo que origina la fuente de todos los miedos que es el miedo a la muerte. Nuestro hombre carnal se aferra de continuo a esta vida terrenal, por cuanto no a permitido que su espíritu tenga comunión con el Espíritu Santo que es quien nos asegura que lo mejor es lo que experimentaremos en la vida después de la muerte, junto a nuestro Señor Jesucristo en el cielo!!! Con todo el diablo tardo 930 años para enseñarle a Adán como morir físicamente. El temor reina en la mente y el corazón cuando hemos perdido la comunión con el Dios de amor!!! Por el sacrificio voluntario de un hombre inmaculado en la cruz del calvario entró el perdón de pecados, y con ella la restitución del hombre completo en espíritu, alma y cuerpo. Esto viene a ser para nosotros nueva vida como herederos del reino que no tiene fin junto a Jesús, hechos nosotros por la sangre del cordero hijos de Dios. El todopoderoso es en extremo justo y nos hizo provisión para salvarnos y darnos un destino glorioso en su amado hijo. Si sucumbimos ante los deseos de la carne, renunciando al mandamiento del amor sellado en la cruz, tendremos un juicio de condenación por no creer (obedecer), al unigénito del padre!!!! Pero si crucificamos la carne, dejando que el Espíritu Santo gobierne nuestras vidas, la muerte terrenal cobrará un sentido de gozo, ya que es nuestro pasaporte para estar cara a cara con el padre de amor. Juan 12, 24. "Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo. Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas." Cada vez que un hijo de Dios muere (separado del cuerpo),  cae en tierra y es sembrado. Su partida a la casa del padre genera un proceso de conversión entre sus familiares y amigos que recuerdan afectuosamente, los ideales por los que lucho hasta su ultimo aliento de vida. Esto físicamente, espiritualmente se convierte en un gran intercesor nuestro delante del trono del padre y continuamente pide por nuestra salvación. Por ello el credo habla de la comunión de los santos. Es la intersección mutua de nosotros por los que están en el purgatorio y tanto ellos como los que ya descansan en la gloria del padre, por cada uno de nosotros!!!! Cada vez que un pecador se arrepiente y se redime en la sangre de Jesús, hay fiesta en el cielo puesto que ha triunfado nuestro redentor sobre la muerte!!!! ALELUYA!!!!!!

 Angel Cortéz

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