ZacarÍas 8, 23. ".... Queremos ir con ustedes, pues hemos oído decir que
Dios esta con ustedes." Con esta frase culmina la primera lectura de
hoy, donde el profeta sigue detallando al gobernador de Judá, al sumo
sacerdote y a los ancianos que lideran el proyecto de reconstrucción del
templo y la ciudad de Jerusalén, como el peso de la gloria de Dios
sobre toda la ciudad atraería gentes de todas las lenguas y naciones
importantes para adorar al único Dios verdadero en el templo sagrado,
pidiendo a los judíos que por favor le enseñen a adorar según los ritos
pertinentes a la casa de Dios. Nótese que lo que hace la diferencia en
esta visión, lo que hace que los países vecinos dejen de odiar a Israel y
a su pueblo, es la mismísima presencia de la gloria del padre en medio
de toda la ciudad. Hermanos, nos afanamos tanto por hacer el trabajo que
perdemos la comunión que deberíamos tener en todo tiempo con el Dios de
la gloria. NO PODEMOS SER EFICACES SIRVIENDO A UN DIOS QUE NO ADORAMOS
EN LA INTIMIDAD!!!!! Cuando nos unimos al padre en la oración privada,
el Espíritu Santo, educa nuestro corazón y mente para que se haga la
voluntad del padre, mediante nosotros. Al generarse los frutos visibles
de que estamos ungidos por Dios, lo sabrás porque ya solo procurarás
buscar gente nueva para predicarles del amor del padre, porque quien ya
te conoce, viene solo, a pedir que le transmitas la sabiduría de Dios
que se desborda de tu corazón y transforma sus vidas. La gente que tiene
hambre de Dios, identifica insofacto, un plato cargado de buen alimento
espiritual, apenas lo distingue a lo lejos. Queridos hijos amados del
padre, sino tenemos comunión diaria con el padre, solo damos alimento
rancio. Sabiduría 6, 12. "La sabiduría es luz y no se torna opaca; se
muestra con gusto a los que la aman, se deja encontrar por los que la
aman." Nótese que debemos orar continuamente en el silencio de la
intimidad. Es allí donde abres tu corazón sinceramente y donde es
vertido el conocimiento del padre a tu intelecto. Es increíble, muchos
se pasan la vida pidiendo un milagro y cuando lo obtienen, se marchan a
seguir llevando la vida que tenían. Clamar por misericordia es bueno
porque te abre la puerta del perdón. Pero clamar por justicia y
conocimiento de lo alto es mucho mejor porque te permite conocer los
pensamientos de Dios. Jeremías 33,3. "Llámame y te responderé; te
mostrare cosas grandes y secretas que tu ignoras." Si queremos que la
gloria de Dios habite en nosotros dándonos gracia para atraer a las
personas al redil del todopoderoso, debemos ser los primeros en ansiar
tener encuentros íntimos de amor con el Santo Espíritu de nuestro padre
creador. AMEN!!!!!!!!!!!!
Angel Cortèz
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